Amigo de los amigos del 4T...y del 2T.

miércoles, 11 de enero de 2012

Así es maestro...se merece colocarlo aquí...y disculpe...somos tan olvidadizos los de Fórmula 5...tan chantas...bueno, como en todos lados...
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A...las faltas de orto grafías...



“¿Tras de qué sueños volaron?...¿en que estrellas andarán?...las voces que ayer llegaron…y pasaron, y callaron,…¿dónde están?...¿Por qué calle volverán?
Rivadavia y Rincón, vieja esquina…de una antigua amistad que regresa...coquetea su gris en la mesa…meditando sus noches de ayer…y en el dulce rincón que era mío…su cansancio la vida bosteza…porque nadie me llama a la mesa…porque todo es ausencia y adiós…”
Café de los Angelitos...en estas letrillas mal acomodadas por mí, y que son del gran Cátulo Castillo...se resume un lugar de encuentros...Café de los Angelitos...desde el poeta al mistongo...desde el lírico al reo...desde el chorro al botón...todos pasaron por allí...en ese lugar se crearon gran parte de las palabras, que hoy en día, usamos constantemente...las esquinas, siempre fueron lugares de encuentro...y también de desencuentros...por eso, son esquinas...pero los porteños, inventamos las "ochavas"...unos extraños lugares que permiten...digamos ¿escondrijos?...en los cuáles, han ocurrido infinita cantidad de historias... 


pero uno, tiene su propia "ochava"...y la que vemos aquí, han pasado toda cantidad de personajes imaginables...claro, que hoy los tipos andan por otros arrabales...y de seguro, en algún rinconcito de su cuore y de su vida, lo puso aquí...de este rincón, si que salieron ilusiones...y fracasos...encuentros y desencuentro...como en toda esquina...hoy, en mi caso...ando fomentando otra esquina...de café, con sabor un poco más agradable...
Nombre de la naesqui, el Greco...Justo y Lope...bien conocida...nuevita...el empiedrado recién hecho...vinieron unos gringos negros, la dejaron lisita...bien tradicional, a seis o siete cuadras...cuadreras, como corresponde...el mozo, piola...me ve. con cuadernos, lapiceras, maquinita de calcular...me ve, porqué me lo dijo...con la mirada perdida...macanas, el tipo me observa, como a cualquier coso raro...los otros dias, me dijo...se acerca...me dice, disculpe don...lo veo, escribiendo...solo, entonces pensé...hace lo mismo que los tipos de la noche...y...
Y entonces, le pregunto...que hacen los tipos de la noche...y enseguida me contesta...chamuyan fiero y mucho, chamuyan cosas que no entiendo...y después, meta escribir...después, se van...y vuelven a la otra semana, y otra vez lo mismo...y así...
De vuelta, le pregunto al mozo...a que hora vienen...el mosaico me dice...cuando cae el sol, como a las ocho, y entre café y café, se van como a las diez...y hablan algo de taller, que el taller...el taller..no se, algo así...son tres o cuatro...no vaya a creer...
Yo le contesto..¡Ah! ya sé... se juntan porque esta de moda algo, que ahora lo llaman talleres literarios, y se ve que los tipos, no tienen lugar donde juntarse...y lo cacharon de punto...
No...no...me atajó el mozo...los tipos, impecables, los autitos los estacionan correctamete, pucherean un rato sin molestar y se piantan...
Que bien...termino el cortado, y me levanto de la mesa...me despido con un chau, y le digo...quizás me haga una escapada...para mirar...esas cosas me gustan...total, estoy cerca de acá...¡ma´si!, después la seguimos...
Me fui esa mañana, acordándome del Café de los Angelitos..dónde los que se juntaban allí...no eran tan angelitos...
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Hablando de angelitos...y el silencio de los angelitos...
No...no...no tengo la máquina de calcular...a los talleres literarios les esta terminante prohibido el uso de cualquier elemento electrónico, que imprima letras, o números...incluso los teléfonos celulares...todo se realiza con un papel y un lápiz...y la imaginación...mucha imaginación...pero, como pasa siempre los tiempos se acortan...no sé porqué, los segundos valen menos...se achican...ese martes a la noche, no tan de noche, el sol se escondía, entre las nubes...el Greco casi vacío...los cuatro tipos estaban ahí...tal cual me había dicho Manuel, me senté cerca de ellos, varías tacitas decían el café consumido, eran ya las ocho, o más o menos...la discusión y palabras acaloradas, si el soneto era soneto, o una poesía simple, mal compaginada...como decía Manuel, los tipos, calientes...hasta que, el más jovato, semicalvo, pelo largo, mal cortado, cejas descuidadas, que casi se mezclaban con las pestañas, chapó la batuta, y dijo..."bueno ¿puedo yo, ahora?...es un cuento, y presten atención...", los otros tres que parloteaban fueron bajando el tono voz, hasta que callaron...
El pescado que se ahogó en el agua
El arroyo de la Cruz había crecido por demás, y bajando dejó algunos charcos en la orilla. Por la orilla iban precisamente el comisario de Toro Pelado, al tranquito de su caballo. Era Gumersindo Zapata, a quien no le gustaba mirar de frente y por eso siempre iba rastrillando el suelo con los ojos. Así rastrillando, vio algo que se movía en un charquito y se apeó. Era una tararira, ese pescado redondo, dientudo y espinoso. tan corsario que no deja vivir a otros. Vaya a saber por qué afinidad Gumersindo le tenía simpatía a las tarariras, de manera que se agachó y alzó a la que estaba en el charco. Montó a caballo, de un galope se llegó a la comisaría, y se hizo traer el tacho donde se lavaba "los pieses" los domingos. Lo llenó de agua y adentró a la tararira.
El tiempo fue pasando y Gumersindo cuidaba todos los días de sacar  el "pescado" del agua, primero un rato, después una hora o dos, después más tiempo aún. La fue criando guacha y le enseñando a respirar y a comer como cristiano, ¡Y tragaba la tararira! Como cristiano de la policía. El aire de Toro Pelado es bueno y la carne también, y así la tararira, criada como cordero guacho, se fue poniendo grande y fuerte.
Después ya no hacía falta ponerla en el agua y aprendió a andar por la comisaría, a cebar mate, a tener despierto al imaginaria y hasta a escribir prontuarios. En lo que resultó muy sobresaliente fue en los interrogatorios, muy delicada para preguntar, sobre todo a las damas, como miembro de comisión investigadora: "¿Cuántas bombachas tenés?" Igualito que otros.
Gumersindo Zapata la sabía sacar de paseo, en ancas, a la caída de la tarde.
Esa fue la desgracia.
Porque una ocasión, cuando iban cruzando el puente sobre el arroyo de la Cruz, la pobrecita tararira se resbaló del anca y se cayó al agua.
Y es claro. Se ahogó.
Que es lo que les pasa a todos los pescados, que dedicados a otra cosa, que ser pescados...se olvidan que tienen que ser eso: buenos pescados.
Cosa que de por sí, demanda mucha responsabilidad.

Tres minutos habían pasado, de cuando el tipo empezó a leer...los compañeros, se miraron...y empezaron las opiniones, y las voces otra vez se alzaron, ya me había tomado el cortado...un poco, me había aburrido, mi trabajo pasaba por otros lados...relaciones...escapes...ángulos...tiempos, pensé que iba a encontrar cosas interesantes, como cuando visité a los tangueros...aquí faltaba algo, no sé...tal vez....imaginación...
Claro, de qué manera le puedo pedir peras al olmo...de qué manera...
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El cuentito en "negritas", es para vos, gordito camandulero...y es un cuentito de Julián Barrientos...¿sabés quién es Julián Barrientos?...No, qué vas a saber...
¡¡¡Manuel...un jarrito de imaginación, mitad y mitad...gracias!!!
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-¡Cómo le va...Don Julián!...disculpe que me meta en la conversa...Ud. que siempre anda entreverado con alguno...por la "Forja"...aunque, ahora no, tanto...ando buscando al "Arauco"...por unas letritas, sabe...
-Mire, amigo...que yo sepa...anda en una esquinita de Boedo, si...por ahí...está metejoneado, el grandote...cuestiones de polleras...pero ¿qué busca?...
-Y...no se como empezar...
-¡Pues empiece!...y no me haga perder tiempo...
-¡No...no, bueno...si! Lo que pasa, es que con unos conocidos...nos juntamos, vio...idea va, idea viene...no hacer algo, como ustedes en la "Forja", vio...hacer una especie de "forjita"...una cosa chica, sin tanto alboroto...
-No...así, no...Homero, no les va a dar bola...ni soñando...mire, haga una cosa...vengase por estos lados...arrímese sin temor...estos tipos son fieros, pero de ley...los martes ando, por acá...si no estoy yo...igual ellos...bueno, lo dejo me voy al centro...cacho ese subte con ruedas de micro, que me lleva rápido...estoy en un santiamén...
-Gracias, Don Julián...ya sabe...una cosa chiquita...
-Si...si...pero despacio, sin tanto apuro...ideas sobran y de todos los colores...pero, cuando las vuelve realidad...vio...chau...
-Nos vemos...

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