Amigo de los amigos del 4T...y del 2T.

martes, 28 de diciembre de 2010





Repito la foto y repito la historia...
Estaba buscando algo con referencia a Tomás Mayol. Como punto de partida recordaba que lo vi sólo una vez y fue en el primer año del secundario...me sentaba al lado del hijo...los dos de pantalón corto...supe después que como galardón máximo había sido acompañante de Juan Gálvez por dos o tres carreras y nada más...vivían por Palermo...mis vivencias fueron líos de escuela por tres años y eso es todo...hasta que encontré a los hermanos en la Fórmula 5, pero habían dejado de correr. Este poco hilvanar me llevó a buscar como de costumbre...y siempre hay alguien que en esta bendita o maldita Internet pone algo y alguien encuentra...
El que puso, se llama Lao Iacona y fué el 15/3/10 y allí encontré a mi vecino...si se puede llamar vecino...uno de los Sáenz Valiente...los Sáenz Valiente vienen del principio de la historia de nuestro país...el lugar provincia de Buenos Aires...bahía Samborombón...entre el río del mismo nombre y el río Salado...allí hay un lugar y se llama El Rincón de López...cuyo primer dueño al fundarse la patria (algunos creen que la patria se fundó en 1810 y para mi se fundó cuando nos empezaron a llamar "argentinos") se llamaba Clemente López de Osornio, que a la sazón fué el abuelo materno del mismísimo Juan Manuel de Rosas...de allí viene Enrique Díaz Sáenz Valiente, cuyo seudónimo "Patoruzú" lo dejó estampado y para siempre...pero veamos lo que investigó Iacona...


"La carrera se había disputado sobre dos vueltas a un circuito de 368 kilómetros, conformado por caminos de tierra y asfalto. Díaz Sáenz Valiente totalizó el recorrido en 3h 28m 24s aventajando a los Turismo Carretera por más de 35 minutos y corriendo en varios tramos a más de 275 km/h.
Atrás quedaban las especulaciones: Ferrari ratificaba la calidad de sus autos y Díaz Sáenz Valiente su clase y arrojo al volante.

El piloto le comentaba a Ricardo Lorenzo Borocotó en El Gráfico (Nº 1832, septiembre de 1954):
“La Casa Ferrari me indicó que para una carrera de este tipo debería viajar a un régimen de entre 6.300 y 6.800 vueltas de motor para tener algo de resto. A 6.300 vueltas la Ferrari con la relación larga tiraba 245 km/h, velocidad más que interesante para hacer un buen papel en la carrera. También siguiendo las indicaciones de Ferrari calcé el auto con cubiertas Pirelli Corsa tipo Pescara, que estaban concebidas para aguantar altas velocidades durante mucho tiempo. Los demás que corrían en sport tenían cubiertas Pirelli Corsa pero comunes y ninguno de ellos pudo aguantar el ritmo, todos desbandaron. En la primera vuelta cuando pasé por el primer control viajaba a 245 km/h y me resultaba difícil mirar los instrumentos a esa velocidad por las vibraciones del auto en un camino que no era una pista, y porque viajaba con la cabeza en el aire. Los pájaros fueron un gran inconveniente porque la alta velocidad del auto no les permitía levantar vuelo a tiempo, y me los llevaba por delante… chin… chin… chin…y plumas por el aire… La Ferrari terminó la carrera con la carrocería cubierta de abolladuras y el frente como testigo de los impactos de los pájaros. En toda la carrera la Ferrari consumió un litro de aceite, y las cubiertas se deterioraron sólo 1.5 mm. En cada vuelta al circuito consumió 150 litros de nafta, y las dos paradas que hice para reabastecer me llevaron solo 20 segundos cada una. Yo ya había previsto el problema de los pájaros y por eso le había pedido a mi amigo Juan Carlos Mendivil que piloteara mi avión Navion para que –volando a baja altura delante de mí– me espantara las bandadas.
Eso era importante porque yo venía con la cabeza afuera y tenía miedo a un golpe. También le había pedido a Juan Carlos que se anticipara en las tres curvas y me las indicara siguiendo el recorrido de las mismas. Pero la cosa se puso difícil, porque cuando tomábamos una recta con viento en contra, el Navion se quedaba atrás de la Ferrari y Mendivil se veía obligado a cortar camino para poder seguir delante mío…Lo que más me entusiasmó de esta carrera, además de ganarla claro, fue el hecho de que fui desde mi casa hasta Tres Arroyos manejando la Ferrari por la ruta y una vez terminada volví también andando sin ningún problema”.
Sáenz Valiente se anotaba así un triunfo único, inolvidable, lleno de historias, fijando un récord mundial y batiendo a los Turismo Carretera por amplio margen."

El flaco de la izquierda, es "Patorozú", ganador de los 1000Kms. de Bs. As., en el ´55...¡Ah!...y la corona de laureles...ganó con Ferrari.

En esta historia aparece Tomás Mayol...pero lo dejaremos para más adelante...primero leer esta...

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