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jueves, 24 de febrero de 2011

"Por dónde sea que andes, la naturaleza se detiene, los ríos te dejan paso, el viento te saluda y los pájaros aprenden de ti..." 


La llegada al poder del nacionalsocialismo aportó un renovador impulso al deporte automovilístico alemán. Una firma de gran tradición -Mercedes- y otra de reciente creación -Auto Union- acudieron al Nürburgring con tres novísimos monoplazas cada una, cuya potencia y prestaciones dejaban radicalmente anticuados a todos los coches italianos, franceses y británicos. Más de 200.000 espectadores acudieron a ver el triunfo de sus máquinas que, conducidas por el célebre «Rey de la Montaña» Hans Stuck (Auto Unión) y el italiano Fagioli (Mercedes), se impusieron por más de 6 mn al Alfa Romeo de Chiron, tras mantener el vencedor una enconada batalla con el Mercedes de Caracciola hasta que el fallo del motor en este último le obligara al abandono.

Y llegó 1935, año del 8.° Gran Premio. Uno de los más emocionantes, indecisos y dramáticos de su historia. Los equipos alemanes retornaron en peso a su feudo; 5 Mercedes ansiosos de sacarse la espina del año anterior y 4 Auto Unión dispuestos a impedírselo. En el centro de la primera línea de la parrilla de salida, formada por sorteo, figuraba un Alfa Romeo P3 modificado: el de Tazio Nuvolari; un coche que contaba ya con tres años de antigüedad y con 150 CV menos que los vehículos alemanes. Pero el italiano tenía su día. Sexto en la vuelta 4, Tazio empezó a atacar y, cuatro vueltas más tarde, había dado alcance y rebasado al líder Caracciola. El público apenas podía dar crédito a sus ojos. En la vuelta 11, a mitad de carrera, Nuvolari, Caracciola (Mercedes), Rosemeyer (Auto Unión) y Von Brautchitsch (Mercedes) se detenían simultáneamente para repostar. Los alemanes estaban de nuevo en carrera al cabo de 1 mn, pero los mecánicos de Nuvolari rompieron la manivela de la bomba de repostar(*), y el italiano tardó 2 mn 14 s en reincorporarse a la pista, haciéndolo de nuevo en sexta posición. Otro se hubiera resignado; pero el pequeño mantovano no. Al cabo de cuatro vueltas había vuelto a pasar a Stuck, Fagioli, Caracciola y Rosemeyer con una facilidad pasmosa, situándose a 1 mn 27 s del líder, Von Brautchitsch. En la vuelta 20, a dos del final, la diferencia se había reducido a 32 seg., al inicio de la última vuelta, la diferencia se había estabilizado, pero Nuvolari inició entonces un acoso final que le situó a poco más de 100 m del líder a mitad de circuito y obligó a Brautchitsch a forzar más su ritmo, lo cual trajo como consecuencia el desgaste prematuro del neumático trasero izquierdo del Mercedes, que se desintegró a 7 km del final, dejando a Nuvolari el camino abierto hacia el triunfo más grande de su vida. El segundo clasificado, Stuck, quedaba relegado a 2 mn 2 s en su Auto-Unión, en tanto que el tercero, Caracciola (Mercedes), estaba a casi 3 mn. Entre el Alfa de Nuvolari y el siguiente coche no alemán mediaban ocho posiciones y dos vueltas de diferencia. Con aquella memorable carrera, Nuvolari justificó a perpetuidad su condición de uno de los mejores pilotos de la historia.


(*)Después del "paste and copy" anónimo, el Alfa que aparece en la foto es el del video y aún se conserva  con la manivela...que los argentinos conocemos y mucho...pero la historia no es lo completa que se merece..."los germanos no querían ver al tano ganador y le sabotean la carga de nafta, el petiso sale del auto y se pone a cargar a baldazos el combustible, y a tirar la bronca como buen tano"...lo que acabo de escribir aparece en una revista Hot Rod, en mi poder, del año 1965...por eso cuidado con las traducciones, como digo siempre...y por otro lado...averigüen quién estaba en Alfa Romeo por esos años...

Pero los tanos, no se las llevan de arriba con las andanzas de Nuvolari. Un poco después, los de la bota europea se mandan otra trapisonda y los alemanes en un alarde técnico impagable, se desquitan en Trípoli. Sin embargo, lo de Nuvolari fue a puro fuerza de brazos y pulmones... 

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